martes, 26 de junio de 2012

ALGO SOBRE EL SEMIMONTADO


ALGO SOBRE EL SEMIMONTADO:

       Durante varios años tuve la fortuna de integrar un grupo de actores y directores, reunidos con el propósito de incursionar en un espacio alternativo de creatividad teatral, el cual, debido a su grado de funcionalidad, nos permitiera afrontar distintos materiales y hacer llegar al público obras de autores fuera del circuito comercial. Así constituimos el Grupo LECTOR (de Teatro Leído No Convencional) y forjamos el Ciclo LECTURA ABIERTA (en tiempos de Teatro Abierto, Danza Abierta, etc.). Participaron de aquellos ‘espectáculos’ centenares de actores, muchísimos directores de escena, y hasta escenógrafos y vestuaristas; realizamos cientos de funciones en teatros importantes de la ciudad y del interior, y difundimos piezas de más de ochenta autores noveles (quienes más tarde comenzarían a estrenar seguido) y otras de mayor renombre, como la última escrita por el entrañable Somi (Carlos Somigliana) poco antes de dejarnos, su portentoso “Macbeth” (claro está, sobre el clásico shakespeareano).
       Hoy es un orgullo tremendo para mí traer a este querido y flamante teatro del Mariano Acosta, la primera obra de Teatro Semimontado. Cuenta con todos los requisitos de un espectáculo de teatro (actuación, movimiento, vestuario, utilería, luces, banda sonora), pero los actores leen el texto, y se las ingenian para sumar el objeto libreto al cúmulo de elementos parateatrales que comparten la escena.
        Forma parte de la Programación de TeTeBA para el presente año, equipo de trabajo conformado por alumnos, profes y personal de Terciarios, al que disfrutamos inmensamente pertenecer.


Gustavo Manzanal, director de TeTeBA


Video de los Semimontados




Imágenes de "De Pies y Manos" De Tito Cossa
(15/06/2012)






Preparando el segundo semimontado
 "El Diablo y Dios" de J.P. Sartre, 
(22/11/2012)


Afrontar uno de los textos capitales del Siglo XX es una demostración más de que nuestra Compañía, conformada mayormente por estudiantes o egresados de Institutos de Formación Docente, busca en cada una de sus producciones confrontar la actividad expresiva con el saber, las capacidades técnicas con un alto compromiso ético y de investigación social, y, en definitiva, corroborar que ninguno somos ajenos a los grandes temas y es así que por ser grandes y atañernos resultan un impulso para el esfuerzo de aprendizaje y el denuedo por alcanzar las herramientas necesarias para estar a su altura en la manifestación.
Sartre terminó la redacción de Le Diable et le Bon Dieu en 1951, época en la que se desarrollaba el teatro del absurdo y de la burla (Ionesco, Beckett, Adamov); presentaba problemas para su representación teatral (principalmente por la duración de más de cuatro horas) y tenía un carácter escandaloso por la índole de sus arremetidas contra todos los poderes instituidos.
La acción de la obra se sitúa en Alemania, durante una insurrección popular que se llamó la ‘Guerra de los campesinos’ y que tuvo su fase crucial y definitiva en 1524-1525.
Se trata de un "teatro de situaciones": Mi obra es sobre todo una obra de muchedumbre, los principales personajes sólo son justificables y comprensibles gracias a las muchedumbres que animan. Se trata de una búsqueda de la posibilidad de un teatro político, donde las masas se desempeñen como personajes a efectos de ofrecer una imagen de la realidad social.
A pesar de la pretensión del propio Sartre de negar que su obra haya querido tener alcance metafísico o teológico, nos habla del aislamiento del hombre, y eso es ya tomar un partido: tanto la práctica del bien como del mal conducen al fracaso y a la soledad. Dice Goetz, su protagonista: me quedaré con el cielo vacío por encima de mi cabeza, ya que no tengo otro modo de estar con todos. Hay que hacer esta guerra, y la haré. Ya es sabido que para Sartre el hombre es pura libertad, o sea, pura nada. Por ello su otro aserto: "el ser sigue al obrar". Aun quienes socorren a los demás se buscan a sí mismos en su entrega. Es la negación de todo valor trascendente: el deseo de lo absoluto tanto en el mal como en el bien resulta imposible, sólo el compromiso al lado de los hombres ofrece una salida al absurdo metafísico.
Nuestra Versión reduce el original a hora y media de representación, sincretiza a las masas actantes y las individualiza en un ir y venir de personajes omnipresentes que develan la trama, pero que también la enfrentan: como que tenemos un segundo Goetz, el guerrero, que también dictamina, o duda, o revierte sus propias aclamaciones; y tenemos un segundo Heinrich, el párroco, que azuza a la vez o reflexiona para insistir, o muchas veces se abstiene y conduce a su par a la hesitación y la locura.
Nuevamente, agradecimiento inmenso a este grupo de jóvenes que toman la tarea de crear no como un privilegio sino casi como una obligación, como el modo de insertarse en el mundo y ganarse al derecho a debatir o confabularse con él.
Gustavo Manzanal, Director



Algunas imágenes de la presentación de la obra